Una de las tantas pasajeras del mundo. Esta es mi mirada a las cosas que pasan conmigo, en Lima, y -si me entero- en el resto del planeta también.

11/10/2009

El Capitán Memo y mi brinco generacional


¡Y por fin! Esta vez sí pude ver al Capitán Memo en vivo y en directo. Él tocó el domingo pasado en la clausura del CONAMYC, una convención de comics que se realizó en Lima.

Si hasta aquí te preguntas quién es el Capitán Memo, no te sientas un bicho raro. Yo me pregunté exactamente lo mismo cuando Alfre lo mencionó hace 3 años: “El Capitán Memo es Memo Aguirre, un músico chileno”… como yo seguía con cara de ¿ahhhh?, él continuó: “… el patita que le puso letra, música y voz a “Candy Candy”, “Marco”, “Angel la niña de las flores”, “Mazinger Z”, “He-Man”, “El festival de los robots”, “Fábulas del verde bosque”, etc, etc, etc.

¡Ahhhh! De hecho que tu cara está exactamente igual que la mía en aquél momento. Un rayito de felicidad te ha hecho sonreír y así como yo, también recordaste a Meteoro y Chispita, a Caty y Rope, el último capítulo de Candy que fue el más caleta y que sí pudiste ver, Mazinger Z y los misiles de Afrodita. Y sin querer queriendo se te vino a la mente aquéllas tardes en que te sentabas frente a tu tele comiendo palomitas de maíz o jugando con tus hermanos al festival de los robots (mi hermana y yo jugábamos a las muñecas recortables también).

Y si dejas volar tu mente empezarás a recordar todos los otros detalles que marcaron tu infancia, cuando tu máxima preocupación era llenar las figuritas de tu álbum “El por qué de las cosas”, ¿te acuerdas del “yala, nola, sila”? código más que popular cuando llegaba la hora de intercambiar las figuritas. ¿O el “ta-ta-ta-ta-tatatán” al tomar la leche (que traía un lechero a tu casa!) junto al Tío Johnny? Yola Polastri era la reina de los bajitos y Cindi Lauper la Britney Spears de nuestros días.

Regresando a este domingo feliz, debo decir que antes de que tocara Memo no me sentía muy ubicada del todo. Para empezar, llegamos en medio de una competencia de karaoke en japonés, nos recibieron varias escolares con microfalda y peluca roja (salidas de algún cosplay) y sólo veía muñequitos en remate. Me sentí anciana cuando sólo reconocí al “Hombre Araña”, a “Yoda” de Star Wars y a “Homero” de Los Simpsons entre tanto disfrazado. O sea, ¿mi referente más reciente en el mundo del anime viene de los noventas? Hice un esfuerzo por entender a esta porción de la generación de hoy… pero fracasé en el intento. Empezando porque no sé Japonés, no sabía ni una canción de la diva Salomé (de extraordinaria voz y telonera de Memo) y porque nadie me empelotaba ya que ahí el bicho raro era yo.

En ese preciso momento de frustración antropológica, el Capitán Memo empezó su show con una presentación de fotos de todos los dibujos animados que musicalizó durante los 80’s. Hice un zapping de toda mi infancia, de cosas que pasaron hace más de veinte años y que recordé muy vivamente. No pude evitar emocionarme. Cada imagen era la evocación de un momento feliz y cada canción salía de mi boca sin yo darme cuenta. Mi voz no era sólo mía, yo era parte de la masa, del inconsciente colectivo. Gritos, risas, lágrimas y más canciones. Si hubiera una analogía para ese momento, diría que Memo fue Angel encontrando su flor de siete colores entre la multitud.

Durante el concierto también tuve mi momento analítico (no lo pude evitar), ¿y si nos gusta el Capitán Memo porque nos recuerda la infancia de arroz con leche me quiero casar?, ¿y si la calidad de cada canción no tuviera el componente emotivo, nos gustaría igual o nos gustaría menos?

Miré alrededor. Niños de 5 años alzando el puñito y gritando ¡He-man!, emos de 15 con los celulares arriba mientras coreaban “porque en el bosque nos encontrarás, en el bosque...” y “Sailors moon” pogueando con los “Treckos” al ritmo de “él es el Rey Arturo tan bueno...”. El Capitán Memo no conoce las barreras generacionales y cuando algo así pasa, el creador de semejante fenómeno ¡es simplemente genial!

Al final de la velada mi enfoque cambió y dejé de buscar diferencias para encontrar similitudes. Los dibujos animados siempre marcarán nuestra infancia, sólo que nuestra generación la vivió con la tele de señal abierta al lado y la de ellos vía youtube comentando en un foro on-line. Este concierto fue, sin duda, el mejor puente para recordar mi infancia ochentera y ponerme en los zapatos de la generación 2000. ¡Gracias Capitán Memo!

Así se fue Memo, viajando por la galaxia con el Capitán Futuro... (gracias youtube!)


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