Esta semana se armó la tole tole en las afueras del hotel Marriott en Miraflores. Algo que no se veía en mucho tiempo. Resulta que la banda favorita del imperio Disney, los Jonas Brothers, no tuvieron mejor idea que hospedarse por 3 noches consecutivas (domingo 17, lunes 18 y martes 19) en el hotel que está al costado del edificio donde trabajo.
Por buena fuente me enteré que los reyes del teen pop americano alquilaron alrededor de 60 habitaciones, pagando el doble de la tarifa normal por la suite presidencial y las suites ejecutivas respectivas – por cierto, yo que recibía a una delegación de 23 personas para esos días tuve que cambiar de hotel pues el Marriott quedó full y mi modesta tarifa corporativa simplemente no compensaba que chotearan a los Jonas Brothers por mí.
La fiebre que no se entiende
El lunes 18 a las 8am fui a recoger a mi delegación al hotel donde finalmente los hospedé y para llegar a mi oficina, que es donde se haría la conferencia, teníamos que pasar por el Marriott obligatoriamente. Los gritos juveniles se escuchaban en 5 cuadras a la redonda. Había como 5 policías de tránsito (primera vez que veía tantos por esa zona) que en lugar de vigilar el tránsito, eran usados como fuerza de choque para evitar que la “masa” invadiera el hotel, rompiera las mamparas o simplemente se tirara a las pistas para ser atropelladas por una de las camionetas 4x4 que tanto se ven por ahí. Ya en la oficina y con la conferencia en curso, lo único que escuchamos esos días fueron gritos y más gritos “queremos a los Jonas” o “Jonas Jonas”, con sus respectivos descansos durante la hora del almuerzo (las chicas también tienen que comer).
Hubo dos momentos, en donde los gritos se volvieron más desgarradores, ¿que pasó? Pues que a los señoritos que promueven el voto de castidad (ja!) se les ocurrió salir a saludar a sus fans. Las niñas ya habían sido instaladas frente al hotel, detrás de una barda de seguridad a toda prueba (a prueba de cualquier niña loca que quiera cruzar la pista sin mirar a izquierda o derecha so pretexto de que su gran amor salió a saludarla a ella). Luego, me enteraría que salir por la cochera de nuestro edificio fue una guerra campal, pues las fans se enteraron que por ahí iban a salir los JBs.
Ver el siguiente film. Fuente: La habitación de Henry Spencer.
En mi oficina, la comidilla era durante la hora de almuerzo. Cruzábamos todo tipo de información posible a fin de sacar conclusiones de este fenómeno in-trascendental. Lo que salió en la tele (que las madres y sus hijas durmieron en las bancas de Larcomar la noche del 17 para ver llegar a sus ídolos), que la mamá de fulana tuvo que comprar 5 entradas de mil soles cada una sino las niñas hacían berrinche (con esa plata y un poquito más mejor las hubiera llevado a Disney!!), que las mocosas que no pudieron comprar sus entradas (o porque a sus papás no les dio para tanto o porque las actividades pro-fondos no fueron suficiente para una de las entradas más caras en la historia de los espectáculos en Lima – ni Roger Waters!) iban al hotel para verlos aunque sea por 10 segundos.
En un momento afloró mi lado socióloga-yo-te-explico-este-fenómeno-social y expuse mi teoría sobre la “psicología femenina de la fan adolescente”, que dice lo siguiente: la señorita fanática (aquí entran las púberes y algunas mayores de 20 también) siente atracción física por un cantante (sea solista, forme un dueto o una boy band) y lo idealiza por el efecto “starlight”. Aquí el factor talento no importa, sino la exposición mediática que hace de este patita un ser “inalcanzable”, aunque un cobrador de combi sea más guapo y alcanzable que él como el caso de Servando y Florentino.
La industria que mueve esto y se da cuenta del impacto comercial, crea el look de “macho semental” para la supuesta estrellita, cuya virilidad es muchas veces puesta en duda, ej: Locomía, Ricky Martin, Robbie Williams – ¡mi cuero máximo! Este look que incluye camisas pegaditas (sin camisa también sale) y movimientos pélvicos (el gran Elvis y Menudo son un gran ejemplo) es ideal para las niñas que van a ser mujercitas, o sea las chibolas vírgenes. El término “cholitas aguantadas” es duro, pero cierto.
Entonces, la joven fan se alucina mostro con su ídolo (desde que la besa hasta que … ya saben), desayuna, almuerza y cena de ellos (ojo que ahora ya hay youtube) y se “enamora” de él (eso de que la mujer mezcla amor con sexo pudiera entenderse con este fenómeno). Así existan canciones dedicadas a la fan enamorada, este amor no es directamente correspondido, por lo tanto la excitación inicial no dura para siempre. Si ahorita son los Jonas Brothers, hace 3 meses fue Zac Efron (High School Musical) y mañana será el nuevo Salserín con mucho swing (¡amenazan con volver, ay!).
Que levante la mano, quien no lloró un amor (de fan)
La verdad es que no quiero hacerme la rígida intelectual sabelotodo, pues hasta yo lo he vivido en carne propia y por esperpentos de menor factura como NKOTB (New Kids on the Block si no saben), Magneto o MDO. Yo era de las fans más monses la verdad, por ahí fui a algún programa de tele para ver a los MDO o gritaba al ver los videoclips de los NKOTB y mi máximo fue ir al concierto de Servando y Florentino, ¡que roche! (a mi favor debo decir que mi hermana me obligó a ir, pero bien que me sabía todas las canciones). Son recuerdos dulces de un tiempo que pasó, si no los hubiera vivido, mi adolescencia hubiera estado incompleta. Que tire la primera piedra quien no haya sido una fan enamorada aunque sea una vez en su vida. Si hasta nuestras madres zapatearon con Elvis, The Beatles o The Rolling Stones, que no se hagan las locas.
Sin embargo, hay casos y casos. Llevar tu poster y esperar a tu artista favorito en la puerta de su hotel a la salida del cole y gritar cuando la masa así lo requiera no es tan grave - y que me disculpen los vecinos del Marriott cuya tranquilidad fue socavada durante 3 días. Pero el que tus padres te auspicien el alquiler de una suite contigua a la de tu popstar y que te den permiso para que pases ahí varias noches y hasta que te dejen faltar al colegio, o que ni cuenta se den en qué gastas la propina que te dan y que te la tiras para perseguir en limosina al susodicho, es mucho más grave. El que la joven fan vuelque sus sentimientos más profundos a un desconocido y hasta que se quiera matar si no ve a su estrella favorita (o que más bien se mate si lo ve, ahí tenemos 7 jóvenes vidas que se perdieron en el concierto de Servando y Florentino en la década pasada) evidencia una gran falta de atención. Si habláramos de inteligencia emocional, la pobre estaría más que desequilibrada.
Esta semana recordé mis 15, sin duda, y lo resumo en dos frases:
“…fue el mejor concierto de mi vida y Nick me miró…!” (1)
“los mocosos de ahora sí que tienen suerte, ya hubiera querido yo que los NKOTB hubieran venido en mi época” (2)
Recordar es volver a vivir, ayyyyyy!
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(1) La hija de 12 años de un pata de la chamba que fue a ver a los hermanitos Jonas. A su corta edad, este fue el primer concierto al que ella iba, tan dulce! Ah, para tristeza de las fans del mundo, ningún artista puede ver a la audiencia porque las luces los enceguecen. Sorry hermanita – ella jura y perjura que David Summers de los Hombres G la señaló a ella mientras cantaba “sólo me faltas tú”.
2) Mi pata gay de 30 años. Debo decir que entre la fanaticada en el Marriott no sólo habían niñas, sino también niños. Hermanitos de las fans? Gays? No sé, pero ahora este público es más representativo en este tipo de actos públicos y comercialmente hablando representa una gran tajada del pastel de ventas.
4 comentarios: on "15 otra vez (los Jonas Brothers en Lima)"
vale ser fan de Silvio Rodriguez por más de 20 años, o no entro en la categoría???
depende, si te agarró la feeling de llorar porque no lo viste en persona durante el CICLA (o si lo viste, pero para ello te agenciaste todas las formas posibles)... si el alucine es por la persona y no por su arte (es más bien físico en realidad), entonces si!
Mira la envidiosa rajando de su hermana mayor... para tu informacion era la unica chica en mi zona levantado la mano y el cuerote de David Summers termino la cancion señalandome ....!!! Y la idea de ir a la feria era pasar un momento juntas y coincidio con la tragedia de las 7 victimas... asi que desisto de ser incorporada como fan de esos salseros -ademas que la salsa no es de mis ritmos favoritos- .... aclarado el tema ???. Besos y una adolescencia sin un poco de fanatismo es una adolescencia sin alma creo yo.
Pao... está simpático tu blog. :)
Bueno, es cierto, adolescencia sin tener a alguien a quien admirar (especialmente un cantante o artista), es bien monse. =P
Yo creo que este es un negocio y punto. Y claro que es un fenómeno social. Hoy fueron los JB's. Ayer Menudo, NKOTB, etc. Y mañana vendrán otros. (por favor, no más Salserín).
La idea es no tomarlo tan a la tremenda. Sí, molestarán a los vecinos del hotel donde se hospeden, hartarán al resto de la gente por la cobertura mediática, pero bueno.. es parte del proceso. Ya me imagino las estrellitas de las que mis sobrinas serán fanáticas cuando crezcan... jejeje
Yo sigo esperando que algún día llegue Madonna a Lima... No creo que me dé para tanto como para irme a seguirla al hotel, pero sí estoy de cajón en el concierto, en ubicación preferencial. jejejeje
Un beso
Fernandote
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