Ni Pandemias, ni Big Crashes, ni Nostradamus

*Ni Crisis mundial, ni Calentamiento Global…



Leo en los periódicos y en google noticias alarmantes. Más de 500 personas en el mundo infectadas con la gripe porcina, perdón, Influenza AH1N1; Mexicanos y Estadounidenses encabezan la lista y la OMS elevó a nivel 5 el grado de alerta - penúltimo nivel antes de la declaración de pandemia, o sea que ésta ya es inevitable. En el Perú, ningún caso es confirmado todavía, pero los vuelos desde y hacia México fueron suspendidos, se nos aconsejó dejar de saludarnos con beso, las farmacias y boticas quedaron sin provisiones de mascarillas y Tamiflús… y -recuerdo no sé por qué- que 18 miembros del cuerpo médico del Hospital Dos de Mayo fueron diagnosticados con tuberculosis.

De pronto hemos dejado de hablar de la crisis mundial y del calentamiento global para desempolvar las “nuevas” profecías de Michel de Nostradamus - sí, el mismo patita que predijo en el siglo XVI las dos primeras guerras mundiales, la Guerra del Golfo, el atentado a las Torres Gemelas, entre otros. Pues bien, ahora resulta que el fin del mundo será en el 2012, año que también coincide con el calendario Maya. Otras culturas también coinciden con que el fin del mundo vendrá seguido de guerras, desastres naturales, crisis económicas, pandemias… justo como lo estamos viviendo ahorita y en el mismo orden. Tomo aire.

Y para acabarla de amolar (como dirían mis amigos charros que andan de última moda) y según History Channel, aunque la especie humana sobreviva a algo así como el gran cataclismo que acabó con la vida de los dinosaurios en la Tierra, igual no tenemos ni un ápice de esperanza. El Universo entero desaparecerá. Antes de ello, nuestro Sol se extinguirá, las pocas comunidades humanas que sobrevivan migrarán y orbitarán alrededor de los pequeños Soles Rojos con sus días de cielo rojizo y sus noches de estrellas inertes sin luz. Los hoyos negros se comerán todo lo que esté a su paso, se comerán entre ellos. Terminará todo con una gran explosión que se lleve consigo hasta el último hilito de la vida que conocimos un día. Será el fin. No lo puedo evitar, me da pena.

A decir de los gurúes mundiales, nos espera un futuro negro y está a la vuelta de la esquina. De qué nos sirve, entonces, pelear ahora por aislar al virus AH1N1 de nuestras fronteras, reducir nuestras emisiones de carbono para que no se deshielen más Pastoruris, prohibir la búsqueda de yacimientos de petróleo en el Manú, exigir a las grandes economías a que sean socialmente responsables con los países en desarrollo. ¿De qué carajos nos servirá en el 2012?

Me viene a la mente Trujillo. El pasado 24 de abril, una joven de 21 años y con cinco meses de gestación alumbró a una niña en el distrito norteño de Guadalupe. Después de 72 horas de labor de parto y a sus escasos 7 días de vida, Berselia Paola (mi media tocaya) es ya una sobreviviente. Mide lo que mi palma de la mano derecha, pesa ½ kilo apenas y se aferra a la vida con más fuerza que con la que todos esos soles rojos nos alumbrarán.

Hoy, 3 de mayo, vuelo mentalmente hasta Olorón (Francia). Es su cumple número 4. La pequeña Emilie se despierta y sale corriendo al cuarto de sus papás para abrir todos los regalos que le corresponden por tan magno acontecimiento. Ocho horas después hablamos por teléfono, con esa vocecita que sólo tienen los niños a esa edad, me dice que está jugando con sus cuentitos y sus rompe-de-cabezas. Se me cae la baba. Alfre me alcanza el babero. Emi es mi sobrina-ahijada, la quiero con más intensidad que con la que todos esos soles rojos nos calentarán.

En el 2012, Berselia Paola tendrá 3 años y Emilie 7. Al unísono me responden: "sirve de mucho". De pronto veo otro futuro, está a la vuelta de la esquina. Pienso. Seguro fue otra típica especulación científica de inicios de siglo. !Eureka! Todo es más claro ahora. Vuelvo a respirar.

*Dedicado a Berselia Paola y Emilie