Hola Superman. Sólo quiero decirte que siempre has sido mi superhéroe favorito, no porque hayas combatido contra varios temibles archi villanos como el tal Lex Luthor o porque hayas salvado a la humanidad como una centena de veces, sino por algunos hechos (que son muchos) y que aquí resumo:
- Siempre tenías la repuesta lógica que rebatía todos mis miedos. Después de tantas pesadillas con el Increíble Hulk, bastó con que me dijeras que él era de los buenos para tener dulces sueños.
- A hacer el trabajo por mí misma y a sentirme orgullosa de él. Como la vez que tuve que presentar un dibujo en el nido y no quisiste ayudarme y la miss me jaló porque no entendió mi “arte abstracto”. Aunque te odié al principio, pues los demás sí aprobaron porque alguien les hizo la tarea, después que lo vi todo en perspectiva entendí el valor de tu consejo.
- A que me gusten los libros. Así rayara tu mejores fascículos de la Enciclopedia Salvat de la Segunda Guerra Mundial, deshojara los “Siete Ensayos de la Interpretación de la Realidad Peruana” o hiciera añicos tu “Teoría Genética de la Selección Natural”. Mi sueño es poder recuperar algún día las joyitas de tu biblioteca personal.
- A aprender a caminar colgada de tu pierna. Es que no alcanzaba tu mano y se me hacía más fácil que me llevaras así. Luego vendría mi manía porque me llevaras desde mi cuarto (en el segundo piso) hasta el comedor (en el primer piso), pero conmigo en tu espalda. Un día, años después, lo repetimos y casi te rompiste la espalda!
- A hacer de cada sobremesa el mejor momento para practicar el sustento de mis ideas. Desde la política de propinas cada fin de semana hasta la inconstitucionalidad del golpe del 5 de abril, por ejemplo.
- A sentirme bonita y segura de mí misma. Aquí si le creo a Freud y su teoría sobre el complejo de Edipo. Si mi primer piropo no hubiera venido de ti o que no los hubieras repetido hasta el día de hoy (aunque en mi caso suene más a complejo de Electra), mi desarrollo afectivo con el sexo opuesto hubiera sido catastrófico.
Claro que como todo súper héroe, tú también has tenido tu talón de Aquiles, tu kriptonita. Si, tú, también has tenido tus momentos oscuros, no te hagas el loco. Como la primera vez que te vi llorar y te eché de mi cuarto, pero fue porque me dolió verte así, tan sensible, tan humano. Mi súper héroe no podía usarme de paño de lágrimas, entiéndeme. Lo gracioso de todo es que esa fue la mejor lección que me diste, entender que debajo de esa capa roja y del uniforme azul había un ser humano con virtudes y defectos... alguien así como yo.
Sigues siendo mi superhéroe a pesar de tu humana identidad y tu creciente sordera. Mi querido Superman, lo mejor de hoy fue que te gustara mucho el libro que te regalé y que lo empezaras a leer mientras tomabas una copa del vino que Alfre te llevó.
2 comentarios: on "Mi Superman"
Muy tierno pasajera
pero mejor es spiderman
Toi llorando, acabo de leerlo, entre tanto trabajo y tan poco tiempo al fin hoy pude entrar a tu blog... que lindo poema, ojala algun dia mi hija dijera al menos el 5% de lo que le escribiste a mi ñoñito... ese super heroe con piel de humano me gusta mas ahora cuando el tiempo le ha curtido el corazon...Feliz Dia Papa !!!
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